miércoles, 29 de agosto de 2007

MATARÍA POR EL


Popularizado por la serie Star Trek, donde nació para paliar la escasez de presupuesto en el rodaje, el teletransporte es un sueño recurrente de la ciencia ficción. ¿Qué podría ser mejor que desaparecer de donde estás para aparecer segundos después donde quieres estar, sin atascos hacia el aeropuerto, colas de facturación, pérdida de maletas ni trombosis venosa profunda? De ahí el interés de experimentos como el llevado a cabo en Dinamarca, sobre el trabajo teórico del científico catalán Juan Ignacio Cirac, recién premiado con el Príncipe de Asturias, que ha conseguido transportar información entre objetos macroscópicos. ¿Será un primer paso hacia un teletransportador como dios manda?
La cosa está difícil. Como ya explicara el físico
Lawrence Krauss en su clásico 'La Ciencia de Star Trek', hay problemas con el principio de Incertidumbre de Heisenberg, que tal vez puedan rodearse; pero el principal obstáculo serían los requerimientos de trasvase de información. Para poder teletransportar un objeto habría que mover tal cantidad de información a tal velocidad que resulta imposible... al menos sin las míticas capacidades de un ordenador cuántico. Que, precisamente, es el campo en el que el experimento danés dará fruto con mayor rapidez. Eso sí, no venda todavía sus acciones de Iberia.

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